Inspirados en un viaje a Taiwán en la Semana de la Bicicleta, nuestros diseñadores industriales tuvieron la visión de la primer bicicleta definitiva. Una vez que el equipo se burló, quedó claro: teníamos que hacer esto. Si los ciclistas de carretera andan en bicicletas de carbono para ganar velocidad y resistencia, también deberían hacerlo los niños. Si los ciclistas de montaña necesitan sillines de baja fricción para caminos difíciles, los niños también lo necesitan. Este proyecto ridículamente pequeño y totalmente único fue demasiado divertido para dejarlo pasar. Y cuando se trataba de ingeniería, la respuesta fue fácil: utilizar el mismo equipo en el que confiamos para fabricar nuestras bicicletas de alto rendimiento, como la Tarmac SL7 y la totalmente nueva Stumpjumper.